La memoria forma parte esencial de lo que somos. Nuestros recuerdos y vivencias son una parte muy relevante de nuestro yo: forman nuestro pasado, moldean nuestra personalidad y determinan en buena parte nuestro futuro.
Por desgracia, a medida que pasan los años, el cerebro va perdiendo su plasticidad, y nuestra capacidad para retener la información sufre un deterioro progresivo. Esta pérdida de memoria forma parte del proceso natural de envejecimiento, pero por suerte puede ser paralizada.
¿Olvidas ciertas cosas con facilidad y te resulta enormemente molesto? ¿Cómo podemos aumentar nuestra capacidad memorística? Si deseas saber más al respecto, solo tienes que seguir leyendo.
Es muy habitual en personas de edad avanzada tener una excelente memoria lejana, pero muy limitada memoria reciente. Así, algunos ancianos recuerdan con enorme lujo de detalles eventos de décadas atrás, pero olvidan por completo qué cenaron ayer o quién les visitó el día anterior.
La explicación para esto es relativamente sencilla: A medida que envejecemos nuestra memoria a corto plazo empeora, pero los recuerdos antiguos y determinantes permanecen inalterados.
Así pues, es muy normal que con el paso de los años recordemos perfectamente algunos eventos de nuestra niñez, pero tengamos serios problemas para acordarnos de eventos que acaban de ocurrir.
Nuestro cerebro clasifica y ordena los recuerdos de forma que solo almacena aquella información que cree que le va a ser útil en un futuro. Esta es la principal razón por la que, con el paso del tiempo, las neuronas dejan de funcionar con tanta eficiencia y tienden a descartar algunos recuerdos.
Ante los habituales problemas de memoria existe una solución relativamente sencilla: ejercitar nuestra mente con frecuencia para estar más ágiles y finos.
Al fin y al cabo, el cerebro no es muy diferente de cualquier otra parte de nuestro cuerpo: si lo entrenamos, podemos mejorar nuestra capacidad de la misma manera que nuestros músculos serán capaces de cargar más peso si vamos con regularidad al gimnasio.
Además, la realidad es que entrenando la mente no solo mejorarás la memoria, sino que conseguirás mejorar otros aspectos de tu salud en general como por ejemplo:
Así pues, entre los ejercicios para mejorar nuestra memoria que podemos encontrar destacan los siguientes:
Aunque pueda parecer algo trivial, nuestras costumbres cotidianas forman parte esencial de nuestra programación cerebral. Y nuestra rutina diaria está muy cerrada, nuestro cerebro formará pocos recuerdos, pues nuestras acciones son monótonas y no tiene aliciente para ello.
No obstante, si a nuestra rutina diaria añadimos elementos nuevos, estaremos añadiendo información nueva que procesar, lo cual cuenta cómo “ejercitar” la capacidad de nuestra mente de procesar los recuerdos. No es necesario que cambies tu día a día por completo: se trata de darle un toque diferente a las cosas que hacemos todos los días, como, por ejemplo:
Estos pequeños cambios, por minúsculos que parezcan, obligan a las células del cerebro a adaptarse y comunicarse entre sí, dándoles un buen entrenamiento que evite que mueran prematuramente.
Todos conocemos los enormes beneficios de la lectura para nuestra mente. Además, según algunos estudios científicos, aquellas personas que leen con frecuencia tienen más materia gris en el cerebro.
Además de mejorar tu memoria, la lectura desata la creatividad y potencia la concentración.
Numerosos expertos han destacado el valor de escribir a mano como parte de nuestra capacidad de formar recuerdos. Además de la escritura manual, los trabajos manuales son excelentes para nuestro cerebro: nos obligan a trabajar la coordinación entre cuerpo y mente y fortalecen nuestro cerebro.
Así pues, dibujar, tejer o tocar algún instrumento musical son maneras excelentes de mejorar nuestra capacidad cerebral para crear recuerdos.
Todos conocemos los beneficios de un descanso adecuado para nuestro cerebro. En el campo de la formación de recuerdos, dormir bien por la noche es un paso crítico. Es durante el sueño REM cuando nuestro cerebro forma los recuerdos que quedarán en nuestra memoria a largo plazo. Así pues, un buen descanso es crucial para nuestra memoria.
Para poder disfrutar de un descanso adecuado por la noche puedes seguir algunos de los siguientes consejos:
Intenta acostarte y levantarte todos los días a la misma hora. De esta manera, cuerpo y mente se acostumbrarán a unos ciclos regulares de sueño y vigilia.