El deseo sexual o la libido es una parte de nuestro ser que depende de numerosos factores, algunos de los cuales podemos controlar. Dado que tener una vida sexual activa y saludable es una de las claves para nuestros niveles de bienestar, resulta interesante poner todo lo que esté a nuestro alcance para solucionarlo.
El sexo en la etapa sénior está rodeado de una serie de mitos que, en la mayoría de las ocasiones, no se ajustan a la realidad. Muchos de los problemas que sufren son aplicables a cualquier edad, tales como una baja libido o falta de comunicación con la pareja. En este post analizaremos algunas de las causas que pueden afectar a tu vida sexual.
Si recientemente has podido notar como tus niveles de deseo sexual están demasiado bajos, puede que se deba a una dieta incorrecta o a unos malos hábitos de salud en general. ¿Deseas saber qué factores controlan tus niveles de libido? Puedes seguir leyendo el siguiente artículo.
La importancia de una educación sexual clara
La sexualidad es una característica humana tan compleja como mitificada. Tabú en muchas situaciones de nuestro día a día, mucha de la información que podemos encontrar sobre este tema puede estar sesgada, poco contrastada o ser directamente falsa.
Si en el pasado los antiguos recetaban hierbas y brebajes supuestamente afrodisíacos, hoy en día están de moda las dietas que ‘mágicamente’ prometen elevar tu libido y vigor sexual.
Como es lógico, no existen recetas mágicas ni pócimas que puedan elevar nuestra libido, sí que existen muchos factores que dependen de nuestro estilo de vida y podemos controlar.
Las hormonas: el desencadenante del deseo sexual
Así, el deseo sexual depende principalmente de hormonas como la testosterona. La testosterona es la principal hormona de la que depende el apetito sexual. Aunque ha sido tradicionalmente asociada al sexo masculino, lo cierto es que también está presente en mujeres, aunque en menor medida.
En numerosas ocasiones, la causa de una baja apetencia sexual es debido a un déficit de testosterona en sangre. La falta de esta hormona también puede verse manifestada en otros síntomas, tales como falta de energía, apatía generalizada, cansancio o sensación de tristeza.
Según han demostrado varios estudios científicos, existen algunos factores internos al cuerpo tales como la falta de hormona tiroidea, fármacos antidepresivos o antihipertensivo también pueden estar detrás de la falta de libido.
Factores externos que afectan a la libido
Como hemos podido ver, algunos desequilibrios hormonales pueden afectar a nuestro deseo sexual. Pero sin embargo, existen otros factores que juegan a este respecto. Según un estudio realizado sobre 5.255 hombres, son el cansancio, el estrés laboral y los problemas en la pareja los problemas más relevantes en la población masculina.
La alimentación
Nuestra alimentación juega asimismo un papel esencial en nuestra vida sexual. Desde hace mucho se dice de algunos alimentos que puedan despertar las pasiones con facilidad: chocolate, algunos tés orientales o incluso algunos mariscos como las ostras.
Aunque la mayoría de estos “superalimentos” con poder afrodisíaco no son más que meros mitos o cháchara folclórica, sí que existe cierta base científica que respalda el consumo de algunos productos. Entre ellos, destacan:
Según indican algunos estudios, el consumo de fresas y otros frutos rojos puede elevar la libido ya que son muy ricos en zinc, un elemento esencial para la fabricación que eleven el apetito sexual.
Los frutos secos son también una excelente fuente de zinc y magnesio, así como los bivalvos (de ahí el mito de las ostras como alimento afrodisíaco).
Otros nutricionistas recomiendan también el consumo de alimentos ricos en vitamina E, (llamada la vitamina de la sexualidad) tales como el aguacate, la espinaca o el brócoli.
Dieta sana y ejercicio
Lo que la mayoría de los expertos indica es que la base de una sexualidad saludable es una dieta saludable. Tener una dieta sana y equilibrada nos evitará problemas cardiovasculares, que son el origen de la mayoría de las disfunciones eréctiles, por ejemplo.
Además, la práctica ejercicio de manera regular es una buena manera de mantener nuestros niveles de testosterona. Así, otro de los beneficios de tener una condición física aceptable es que puede mejorar nuestra vida sexual, así como nuestro bienestar de manera notable.
Otros factores psicológicos
Por último, algunos sexólogos destacan otros factores de cierta relevancia a nivel psicológico. Nuestra psique es tanto o más importante que nuestro cuerpo en cuanto a vida sexual se refiere. Por tanto, cualquier problema psicológico que pudiéramos sufrir tiene un claro efecto en nuestra libido, principalmente porque altera nuestra producción hormonal.
Así, los niveles de estrés reducen la producción de testosterona, que tiene los efectos descritos anteriormente. Otros elementos que podrían afectar en mayor o menor medida pueden ser: la falta de autoestima, los problemas internos de la pareja, los problemas para conciliar el sueño…, etc.
Mente sana, cuerpo sano, vida sexual sana
Como hemos podido ver en las anteriores líneas, podemos relacionar una vida sexoafectiva saludable con una correcta alimentación y vida activa. Además, ciertos alimentos pueden ayudarnos a elevar nuestra libido sin ser una solución mágica e infalible.
A pesar de todos estos consejos, desde Canal Sénior te recomendamos siempre acudir a tu médico especialista si consideras que puedes sufrir algún problema en tu vida sexual.
Rompe con los tabús de la sexualidad sénior
Para ahondar en este tema, mejorar la información que se tiene de la sexualidad en la etapa sénior y romper con mitos, desde Canal Sénior vamos a llevar a cabo un nuevo ciclo de cuatro clases online a lo largo de los próximos días en el que trataremos el tema de la sexualidad sénior y cómo esta puede ser muy beneficiosa para nuestra salud.